El granito es el material que mejor representa la permanencia en el tiempo.
Gracias a su elevada resistencia a la compresión, flexión y abrasión, se convierte en un material extremadamente firme, consistente y con gran resistencia a las cargas y al desgaste, tanto mecánico como atmosférico. Si a esto unimos su escasa porosidad una vez pulido, obtenemos un material de muy fácil mantenimiento y limpieza.